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24 de junio de 2009

Aprendamos a honrar al Padre

A través de toda la Escritura, existe mucha evidencia de que la honra no solamente es de labios, sino que debe ir acompañada de riquezas, oro, plata y bienes materiales. “Paguen a cada uno lo que le corresponda: si deben impuestos, paguen los impuestos; si deben contribuciones, paguen las contribuciones; al que deban respeto, muéstrenle respeto; al que deban honor, ríndanle honor”. Romanos 13.7


¿Qué es honra?


En griego, es el verbo “timao”, que significa tener una actitud de honra hacia alguien; tenerle una gran estima, considerarlo preciado, con gran valor. La honra expresada con palabras y sin hechos, no es honra. La honra es una elección voluntaria que nace del corazón. Si es impuesta tampoco es honra (Isaías 29.13).
A través de toda la Escritura, existe mucha evidencia de que la honra no solamente es de labios, sino que debe ir acompañada de riquezas, oro, plata y bienes materiales. En el Antiguo Testamento, Dios demanda su honra pidiendo los diezmos y las ofrendas (Malaquías 1.6). En el Nuevo Testamento, Pablo nos manda a honrar a los ministerios y a las viudas con dinero (1 Timoteo 5.3; 1 Timoteo 5.17).

¿A quiénes debemos mostrar la honra primordialmente?

1. A nuestro Padre celestial

“El hijo honra a su padre y el siervo a su señor. Ahora bien, si soy padre, ¿dónde está el honor que merezco? Y si soy señor, ¿dónde está el respeto que se me debe? Yo, el SEÑOR Todopoderoso, les pregunto a ustedes, sacerdotes que desprecian mi nombre. Y encima preguntan: "¿En qué hemos despreciado tu nombre?"
»Pues en que ustedes traen a mi altar alimento contaminado”. Malaquías 1.6

Algunos principios de la honra hacia nuestro Padre celestial son:
• Todo lo que Dios está buscando es un pueblo apasionado por honrarlo.
• La obediencia hecha con el deseo de agradar al Padre es de mayor calidad que la hecha por necesidad o para evitar las consecuencias del castigo de Dios.
• Nuestra obediencia a Dios, en medio de crisis, extiende gran honor a Dios.
• El buen hijo está dispuesto a pagar un alto precio por dar honra al Padre.
• La falta de interés por los asuntos del Padre es deshonra.
• Luchar y pagar el precio de llevar a cabo su propósito en nuestra vida, es una forma de honrar a Dios, nuestro Padre.
• El honor es la garantía que mantiene encendida la llama del amor en nuestra relación con el Padre celestial.

2. A nuestro padre espiritual

Un padre espiritual es uno que invierte su vida, dones, habilidades, dinero y recursos para sacar a un hijo del abandono y conducirlo al crecimiento espiritual; además, le da identidad, lo anima y lo lleva a encontrar su propósito en Dios. Es la persona que Dios usa como fuente para darnos los recursos necesarios para crecer. Es aquel que, continuamente, nos enseña los caminos de Dios; es la persona que Dios usa para alimentarnos y dar vida continua a nuestro espíritu.

3. Nuestro padre natural o terrenal

“Honra a tu padre y a tu madre, que es el primer mandamiento con promesa…”. Efesios 6.2

La honra a nuestro padre natural no depende de lo bueno o malo que haya sido; es un mandamiento de Dios, el cual trae maldición cuando lo desobedecemos, y al mismo tiempo, trae bendición cuando lo obedecemos. La honra que se expresa a través del dinero, no depende de que nuestro padre natural o espiritual tiene o no muchos recursos, pues, de todas maneras, tenemos que honrarlos de esa manera.
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