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1 de junio de 2009

Los 3 niveles en la vida cristiana (1ª parte)

Dios nos hizo para grandes cosas. La vida implica crecimiento. Nunca debemos dejar de crecer. Él quiere que entendamos que ser cristianos es mucho más que asistir a las celebraciones, cantar, orar y ofrendar. En este pasaje Jesús nos muestra los tres niveles en la vida cristiana. Ese día Jesús estaba en la playa y enseñó en tres lugares diferentes que representan los tres niveles de crecimiento de la vida cristiana.


Primer nivel: La orilla. (v.1-2). Jesús comenzó ministrando a la orilla del lago. Todos comenzamos en la orilla. Es ahí donde tenemos nuestro primer encuentro con Jesús el salvador. Ahí sentimos su toque. ¿Qué encontramos en la orilla? En la orilla de la playa se encuentra por lo general la espuma. La espuma es bonita pero pronto se va. La Biblia dice que en la orilla había mucha gente alrededor del Señor. Él estaba predicando y la gente sólo oyendo, no había compromiso. La gente va regularmente a la playa para divertirse, se separa de los compromisos para descansar un poco, así que en la orilla sólo hay diversión; nos entretienen los cultos, la música, las danzas esto representa emoción. El primer contacto con el evangelio nos produjo una emoción, un encuentro emocional. Llegamos a Cristo necesitados, pasamos al frente a ser ministrados y nos emocionamos.

En la orilla, la gente escuchaba las palabras de Jesús, pero estaban más interesados en lo que él podía hacer por ellos. Buscaban el milagro solamente. Igualmente nosotros, en este nivel de nuestra vida cristiana nos interesa solo lo que él puede darnos: sanidad, provisión, finanzas. Pero eso no es el todo.

Segundo nivel: un poco más adentro. (v. 3). Luego Jesús se subió a una barca y le dijo a Simón que lo apartase de la orilla un poco y comenzó a enseñar. Ahora ya no está predicando, está enseñando. En la predicación solo se necesitan oyentes; pero en la enseñanza se necesitan discípulos. El discípulo necesita practicar lo que recibe. Dice la historia que los pescadores lavaban sus redes. En este nivel no sólo escuchamos sino que también hacemos algo. Nos involucramos en la obra de Dios. Ayudamos en alguna área de la iglesia. Pero también dice que ellos estaban frustrados, habían pescado toda la noche sin lograr nada. Algo similar nos ocurre en la iglesia; trabajamos en la célula, invitamos gente, oramos y ayunamos, pero nada parece dar resultados. Y en medio de ese ambiente, el Señor los invitó a ir al siguiente nivel. Es en el tercer nivel donde algo grande sucede.

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